Tuesday, April 04, 2006

Algunos pintores tijuanenses

Benjamín Serrano, pintor tijuanense, murió a mediados de los ochenta (el alcohol lo destruyó, le deshizo el hígado), vivió su juventud en plena rebeldía mundial, época en que los dogmas de la moral juvenil dieron un giro de 180 grados. El tenía 20 años al iniciar los sesenta, le tocó el pleno desmadre de la juventud, sexo, alcohol, libertinaje total. Vivió y estudió en París, en donde, como él dijo, era normal andar pedo todos los días.
Serrano fue considerado uno de los mejores artistas tijuanenses de su época, hacía escultura en madera, pintaba cuadros en formatos pequeños y también murales. Los últimos años de su vida vivió con poca salud, fue internado varias veces, además de haber quedado lesionado al ser atropellado por un auto dos años antes de morir.
En 1997, el CECUT le rindió un homenaje, y el cartel conmemorativo por el 15 aniversario del centro cultural era una imagen de una de sus obras.
Fue uno de los pocos artistas tijuanenses que se profesionalizaron en las mejores escuelas de artes plásticas, entre ellos también Manuel Varrona, quien realizó estudios de pintura en La Esmeralda, además de haber realizado estudios en Francia. Su obra ha sido exhibida en varios países de Europa y en Estados Unidos. Durante los ochenta expuso su obra junto con Joel Navarro y Val Ra en el CECUT, el año pasado en Casa de la Cultura e inició el 2006 con la exposición e inauguración de la Galería del Café Casa de la Nueve, donde por cierto han expuestos varios pintores de calidad entre ellos Silvia Galindo.
Varrona, además, es uno de los pioneros de la plástica tijuanense, llegó a exponer una de las primeras galerías de Tijuana situada en la colonia Independencia.
A falta de lugares en donde exponer, algunos artistas montaron su obra en lugares como el Hotel Ceaser’s y en el Banco situado en la Av. Revolución y Segunda, realmente no había espacios, ni en donde exhibir ni en donde formarse. Ignacio Ábrica, pintor tijuanense comento que el estudiaba en una pequeña academia situada en La Mesa y que cuando abrieron la Casa de la Cultura, prácticamente toda la escuela de La Mesa se traslado para allá, tanto su planta de maestros como alumnos, entre ellos él.

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