Carta de German Mendoza Nube desde prisión
CARTA HOMENAJE A LOS COMUNISTAS
DEDICADO A: Gregorio Alfonso Alvarado López militante del PC de M (m-l) desaparecido hace 10 años por el régimen de Sergio Barrios, nuestro querido e inolvidable maestro y primer secretario del PC de M (m-l), que murió el 25 de septiembre del 2001.
Hablar en presente de los hombres que murieron por la vida, por los indomables combatientes que están desaparecidos del régimen y por los presos políticos del país y de los partidos comunistas hermanos que con su rebeldía conciente y militante le dan vida al internacionalismo activo y revolucionario.
Hablar de ellos, quienes han entregado la totalidad de su energía y palpitaciones y su roja sangre revolucionaria y comunista, hasta el ultimo aliento, así como nacieron, limpios, sencillos y optimistas, dedicaron toda su inteligencia, capacidades y VIRTUDES; así les extrañamos y les recordamos a ustedes ejemplos de entrega, consecuencia y tenacidad en los combates cotidianos de la lucha de clases por la gloriosa causa de la revolución socialista, que inicia su marcha, sus primeros pasos y los gérmenes organizativos desde aquellos históricos días del mes de marzo del año 1978.
Hablar de ellos, en presente, es recordarles como el ejemplo imperecedero de los constructores, quienes dieron el gran paso histórico, sumando la dialéctica del movimiento social y revolucionario del pueblo organizado, de las luchas de la clase obrera y de los campesinos pobres y la teoría revolucionaria de vanguardia, dentro de un contexto complejo y escabroso esclarecimiento de la conciencia para sí de las clases laboriosas y fabrícales, de la lucha ideológica permanente contra las desviaciones, liquidacionistas y claudicante. Teniendo como resultado axiomático de hombres y mujeres justos, claros y soñadores, por que siempre creyeron en sus sueños del futuro comunista que nos dejara la causa revolucionaria y siempre trabajaron por construir esas armonías pequeñas y grandes del mañana, caminaron seguros en búsqueda de la grandeza al encuentro con el hombre perdido, vale decir de ellos que son junto a muchos revolucionarios y comunistas mexicanos que son hombres “contemporáneos históricos”; articulados de predicas y proclamas aterrizadas en ese vinculo filosófico que le da su calidad de verdad absoluta a los axiomas abstractos, hilo invisible que una la teoría y la praxis comunista en su forma concreta, integrada y formada por hombres integrales y justos, quienes construyeron de los colectivos y núcleos organizados, continuadores de las mejores tradiciones combativas del México bronco, con las experiencias a cuestas y al calor de la lucha de la clase obrera y las masas populares al partido comunista de México (marxista-leninista), nuestro partido de vanguardia.
Hablar de ellos en presente como un humilde homenaje, -decia Stalin, “el homenaje es el capital mas preciado”, basta decir que ya se ha ido pagando el precio justo, la cuota de sangre de los revolucionarios, comunistas, demócratas y los combatientes del pueblo, es decir, los dolores del parto son ya prolongados, se registra par la historia que los muertos por la vida no deben llamarse muertos, pero la partera de la historia ya acudió al primer campanazo de la futura revolución del siglo xxi, ya avanza y, si se muere o se triunfa es por que ésta, la causa del socialismo y el comunismo; es verdadera ellos dejaron el testimonio cierto que esta lucha es verdadera, que esta enraizada en las aspiraciones históricas de la clase obrera, en la identidad de las comunidades indígenas, sus derechos culturales, tradicionales y su autodeterminación de los pueblos y de los campesinos pobres sin tierras y en las clases desposeídas y empobrecidas a lo largo del territorio mexicano, las clases fabriles de las ciudades, que son las fuerzas vivas para la trasformación de esta sociedad basada en la explotación de la fuerza de trabajo.
Hablar en presente de los camaradas comunistas, de los hombres que no fueron espectadores ni han sido en el “correr del rió de la vida”, son para estos hombres héroes del pueblo, son ellos SERGIO BARRIOS, MANUEL GONZÁLEZ, HENARE SUASTEGUI Y GREGORIO ALFONSO ALVARADO LÓPEZ; Conocerles fue sin duda tener el honor y orgullo que con ellos aprendimos el primer abecedario del militante y la posibilidad de extraer la sabia que hacen del hombre soñador, que hice del marxismo leninismo como teoría de vanguardia una pasión conciente de mi vida, con la lectura siempre fresca del cantar de los cantares de los comunistas. Para hablar de ellos en presente, no encontré pasión mas profunda y fuerza moral mas grande que como lo expresara en una edición clandestina nuestro Héroe comunista; ...” Nosotros, los comunistas, somos hombres de un temple especial. Somos aquellos que componen el ejercito del gran estratega proletario, el ejercito del camarada Lenin. No hay nada mas grande que el honor de formar en las filas de este ejercito. No hay nada mas enaltecedor que el nombre del miembro del Partido cuyo fundador y guía es el camarada Lenin.” Así empieza el juramento que en los días de duelo por la muerte de Lenin presto el camarada Stalin, en nombre del partido, ante el congreso de los soviets de la URSS. Somos hombres de un temple especial ¡SÍ! Por que somos hombres.
Nosotros, los comunistas, amamos la vida y por ello es que no vacilamos en arriesgar la propia para abrir el camino a una vida real, libre, plena, feliz que merezca ese nombre. Vivir de rodillas, aherrojados, en la esclavitud, en la explotación, no es vida, es un vegetar indigno del hombre. ¿Es que puede un hombre verdadero; puede un comunista aceptar ese vegetar; puede someterse, impotente, a quienes lo esclavizan y lo explotan? ¡Nunca! Por ello los comunistas no escatimamos nuestra fuerza ni sacrificios en aras de una vida verdadera, realmente humana.
Nosotros, los comunistas, amamos al hombre. Nada de lo humano nos es ajeno; conocemos el valor de las mas nimias alegrías humanas y sabemos regocijarnos con ellas. Precisamente por ello jamás titubeamos en sacrificar nuestro propios y estrechos intereses personales a fin de conquistar un lugar bajo el sol para el hombre verdadero, libre, sano, alegre, que no este expuesto a los horrores de un “orden” anárquico, a la explotación, a la guerra y al desempleo. Un ordenen el que el lucro, el lucro, y otra vez el lucro constituye la consigna principal del hacer humano; un orden que sustituyo las relaciones humanas por relaciones pecuniarias y en el que el dinero tiene mas valor que cualquier hombre. Tal orden no es humano. ¿Puede un hombre, un hombre capaz de amar, puede un comunista contemplar con los brazos cruzados cómo se priva a la gente de su calidad humana? ¿Puede volver la espalda a la miseria y a los sufrimientos de millones de hermanos? ¡Nunca! Por ello los comunistas no escatimamos esfuerzo ni sacrificio alguno en la lucha que libramos por hacer del hombre un ser integro, libre, realmente humano.
Nosotros los comunistas amamos la libertad, y por ello no vacilamos ni un momento en someternos voluntariamente a la mas dura disciplina de nuestro Partido, a la disciplina militar del ejército del camarada Lenin, para poder conquistar una libertad que de veras lo sea, la única, la mas amplia y digna de llevar ese nombre: libertad para toda la Humanidad. La libertad para unos cuantos, la “libertad” de robar para unos y a “libertad” de morir de inanición para otros, esa no es libertad; es al contrario, el vasallaje de aquellos sobre todos estos. ¿Puede un comunista contentarse con tal estado de cosas? ¿Puede sentirse satisfecho de sostener un idilio personal con una “libertad” de esa naturaleza? ¡Nunca! Por esto es que los comunistas no escatimamos esfuerzo alguno ni sacrificio para luchar por una libertad verdadera, cada día mayor, y que abarque a todos”.
No hay mayor homenaje que la clara conciencia de su elocuente responsabilidad cumplida, con ello hablar de los hombres de verdad en presente, futuro y por siempre, veremos en ellos a los comunistas justos, en ello esta la suma de las virtudes de –como dice el poeta “la arquitectura del hombre del mañana”, claro esta sin caer en vanidades vacías y armonías engañosas por que ellos fueron sus mas acérrimos críticos, la critica a la filosofía de la praxis la hacían acompañar de su sencillez, del elogio a lo pequeño en lo que veían la grandeza que se construye; haciendo camino al andar, de esos cursos de redacción, en la construcción de los círculos de estudio, en el ejercicio de las denuncias políticas, en el paciente ejemplo de constructores del partido comunista en el lento caminar pero con paso seguro de ver en esa tarea urgente del hacer histórico de la clase obrera como clase más revolucionaria y su fe inexorable en las masas hacedoras de su propia historia.
Poseedores de esa energía pacifica, su gran error es querer alcanzar a grandes pasos a la historia, se exigían del estudio y en el cumplimento de las tareas, en los momentos difíciles cuando de las ramas añosas del árbol genealógico comunista nunca perdieron el sentido internacionalista, ahí fincaban la fortaleza de que el Movimiento Comunista Internacional seria el roble que hasta en las peores tempestades políticas, solo se doblarían algunas pero la columna vertebral mantendría de pie al Estado mayor del proletariado revolucionario. Junto a los partidos y organizaciones Marxistas Leninistas mantendrían la continuidad y el constante desarrollo de la obra teórica, ideológica y revolucionaria de los maestros Marx, Engels, Lenin y Stalin.
Por eso siempre hablaremos en presente de nuestros queridos camaradas ausentes...
Con cariño comunista.
Prof. Germán Mendoza Nube
Reclusorio Regional de Miahuatlan
26 de septiembre de 2006
DEDICADO A: Gregorio Alfonso Alvarado López militante del PC de M (m-l) desaparecido hace 10 años por el régimen de Sergio Barrios, nuestro querido e inolvidable maestro y primer secretario del PC de M (m-l), que murió el 25 de septiembre del 2001.
Hablar en presente de los hombres que murieron por la vida, por los indomables combatientes que están desaparecidos del régimen y por los presos políticos del país y de los partidos comunistas hermanos que con su rebeldía conciente y militante le dan vida al internacionalismo activo y revolucionario.
Hablar de ellos, quienes han entregado la totalidad de su energía y palpitaciones y su roja sangre revolucionaria y comunista, hasta el ultimo aliento, así como nacieron, limpios, sencillos y optimistas, dedicaron toda su inteligencia, capacidades y VIRTUDES; así les extrañamos y les recordamos a ustedes ejemplos de entrega, consecuencia y tenacidad en los combates cotidianos de la lucha de clases por la gloriosa causa de la revolución socialista, que inicia su marcha, sus primeros pasos y los gérmenes organizativos desde aquellos históricos días del mes de marzo del año 1978.
Hablar de ellos, en presente, es recordarles como el ejemplo imperecedero de los constructores, quienes dieron el gran paso histórico, sumando la dialéctica del movimiento social y revolucionario del pueblo organizado, de las luchas de la clase obrera y de los campesinos pobres y la teoría revolucionaria de vanguardia, dentro de un contexto complejo y escabroso esclarecimiento de la conciencia para sí de las clases laboriosas y fabrícales, de la lucha ideológica permanente contra las desviaciones, liquidacionistas y claudicante. Teniendo como resultado axiomático de hombres y mujeres justos, claros y soñadores, por que siempre creyeron en sus sueños del futuro comunista que nos dejara la causa revolucionaria y siempre trabajaron por construir esas armonías pequeñas y grandes del mañana, caminaron seguros en búsqueda de la grandeza al encuentro con el hombre perdido, vale decir de ellos que son junto a muchos revolucionarios y comunistas mexicanos que son hombres “contemporáneos históricos”; articulados de predicas y proclamas aterrizadas en ese vinculo filosófico que le da su calidad de verdad absoluta a los axiomas abstractos, hilo invisible que una la teoría y la praxis comunista en su forma concreta, integrada y formada por hombres integrales y justos, quienes construyeron de los colectivos y núcleos organizados, continuadores de las mejores tradiciones combativas del México bronco, con las experiencias a cuestas y al calor de la lucha de la clase obrera y las masas populares al partido comunista de México (marxista-leninista), nuestro partido de vanguardia.
Hablar de ellos en presente como un humilde homenaje, -decia Stalin, “el homenaje es el capital mas preciado”, basta decir que ya se ha ido pagando el precio justo, la cuota de sangre de los revolucionarios, comunistas, demócratas y los combatientes del pueblo, es decir, los dolores del parto son ya prolongados, se registra par la historia que los muertos por la vida no deben llamarse muertos, pero la partera de la historia ya acudió al primer campanazo de la futura revolución del siglo xxi, ya avanza y, si se muere o se triunfa es por que ésta, la causa del socialismo y el comunismo; es verdadera ellos dejaron el testimonio cierto que esta lucha es verdadera, que esta enraizada en las aspiraciones históricas de la clase obrera, en la identidad de las comunidades indígenas, sus derechos culturales, tradicionales y su autodeterminación de los pueblos y de los campesinos pobres sin tierras y en las clases desposeídas y empobrecidas a lo largo del territorio mexicano, las clases fabriles de las ciudades, que son las fuerzas vivas para la trasformación de esta sociedad basada en la explotación de la fuerza de trabajo.
Hablar en presente de los camaradas comunistas, de los hombres que no fueron espectadores ni han sido en el “correr del rió de la vida”, son para estos hombres héroes del pueblo, son ellos SERGIO BARRIOS, MANUEL GONZÁLEZ, HENARE SUASTEGUI Y GREGORIO ALFONSO ALVARADO LÓPEZ; Conocerles fue sin duda tener el honor y orgullo que con ellos aprendimos el primer abecedario del militante y la posibilidad de extraer la sabia que hacen del hombre soñador, que hice del marxismo leninismo como teoría de vanguardia una pasión conciente de mi vida, con la lectura siempre fresca del cantar de los cantares de los comunistas. Para hablar de ellos en presente, no encontré pasión mas profunda y fuerza moral mas grande que como lo expresara en una edición clandestina nuestro Héroe comunista; ...” Nosotros, los comunistas, somos hombres de un temple especial. Somos aquellos que componen el ejercito del gran estratega proletario, el ejercito del camarada Lenin. No hay nada mas grande que el honor de formar en las filas de este ejercito. No hay nada mas enaltecedor que el nombre del miembro del Partido cuyo fundador y guía es el camarada Lenin.” Así empieza el juramento que en los días de duelo por la muerte de Lenin presto el camarada Stalin, en nombre del partido, ante el congreso de los soviets de la URSS. Somos hombres de un temple especial ¡SÍ! Por que somos hombres.
Nosotros, los comunistas, amamos la vida y por ello es que no vacilamos en arriesgar la propia para abrir el camino a una vida real, libre, plena, feliz que merezca ese nombre. Vivir de rodillas, aherrojados, en la esclavitud, en la explotación, no es vida, es un vegetar indigno del hombre. ¿Es que puede un hombre verdadero; puede un comunista aceptar ese vegetar; puede someterse, impotente, a quienes lo esclavizan y lo explotan? ¡Nunca! Por ello los comunistas no escatimamos nuestra fuerza ni sacrificios en aras de una vida verdadera, realmente humana.
Nosotros, los comunistas, amamos al hombre. Nada de lo humano nos es ajeno; conocemos el valor de las mas nimias alegrías humanas y sabemos regocijarnos con ellas. Precisamente por ello jamás titubeamos en sacrificar nuestro propios y estrechos intereses personales a fin de conquistar un lugar bajo el sol para el hombre verdadero, libre, sano, alegre, que no este expuesto a los horrores de un “orden” anárquico, a la explotación, a la guerra y al desempleo. Un ordenen el que el lucro, el lucro, y otra vez el lucro constituye la consigna principal del hacer humano; un orden que sustituyo las relaciones humanas por relaciones pecuniarias y en el que el dinero tiene mas valor que cualquier hombre. Tal orden no es humano. ¿Puede un hombre, un hombre capaz de amar, puede un comunista contemplar con los brazos cruzados cómo se priva a la gente de su calidad humana? ¿Puede volver la espalda a la miseria y a los sufrimientos de millones de hermanos? ¡Nunca! Por ello los comunistas no escatimamos esfuerzo ni sacrificio alguno en la lucha que libramos por hacer del hombre un ser integro, libre, realmente humano.
Nosotros los comunistas amamos la libertad, y por ello no vacilamos ni un momento en someternos voluntariamente a la mas dura disciplina de nuestro Partido, a la disciplina militar del ejército del camarada Lenin, para poder conquistar una libertad que de veras lo sea, la única, la mas amplia y digna de llevar ese nombre: libertad para toda la Humanidad. La libertad para unos cuantos, la “libertad” de robar para unos y a “libertad” de morir de inanición para otros, esa no es libertad; es al contrario, el vasallaje de aquellos sobre todos estos. ¿Puede un comunista contentarse con tal estado de cosas? ¿Puede sentirse satisfecho de sostener un idilio personal con una “libertad” de esa naturaleza? ¡Nunca! Por esto es que los comunistas no escatimamos esfuerzo alguno ni sacrificio para luchar por una libertad verdadera, cada día mayor, y que abarque a todos”.
No hay mayor homenaje que la clara conciencia de su elocuente responsabilidad cumplida, con ello hablar de los hombres de verdad en presente, futuro y por siempre, veremos en ellos a los comunistas justos, en ello esta la suma de las virtudes de –como dice el poeta “la arquitectura del hombre del mañana”, claro esta sin caer en vanidades vacías y armonías engañosas por que ellos fueron sus mas acérrimos críticos, la critica a la filosofía de la praxis la hacían acompañar de su sencillez, del elogio a lo pequeño en lo que veían la grandeza que se construye; haciendo camino al andar, de esos cursos de redacción, en la construcción de los círculos de estudio, en el ejercicio de las denuncias políticas, en el paciente ejemplo de constructores del partido comunista en el lento caminar pero con paso seguro de ver en esa tarea urgente del hacer histórico de la clase obrera como clase más revolucionaria y su fe inexorable en las masas hacedoras de su propia historia.
Poseedores de esa energía pacifica, su gran error es querer alcanzar a grandes pasos a la historia, se exigían del estudio y en el cumplimento de las tareas, en los momentos difíciles cuando de las ramas añosas del árbol genealógico comunista nunca perdieron el sentido internacionalista, ahí fincaban la fortaleza de que el Movimiento Comunista Internacional seria el roble que hasta en las peores tempestades políticas, solo se doblarían algunas pero la columna vertebral mantendría de pie al Estado mayor del proletariado revolucionario. Junto a los partidos y organizaciones Marxistas Leninistas mantendrían la continuidad y el constante desarrollo de la obra teórica, ideológica y revolucionaria de los maestros Marx, Engels, Lenin y Stalin.
Por eso siempre hablaremos en presente de nuestros queridos camaradas ausentes...
Con cariño comunista.
Prof. Germán Mendoza Nube
Reclusorio Regional de Miahuatlan
26 de septiembre de 2006
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